Está científicamente probado que la práctica regular de ejercicio físico tanto en adultos como en niños es beneficioso para la salud, reduciendo el riesgo de padecer patologías cardiovascualres como la obesidad, diabetes o colesterol alto.
A continuación defino los conceptos de: ejercicio físico, actividad física, deporte y forma física. El ejercicio físico es una actividad física planificada, estructurada y repetitiva que tiene como objetivo mejorar o mantener los componentes de la forma física. La actividad física se entiende como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos (músculos estriados unidos al esqueleto). Y hablamos de deporte cuando la actividad es reglada y competitiva. Una buena forma física es la que permite a una persona desenvolverse diariamente con vigor y diligencia, sin fatiga excesiva y con energía para hacer actividades.
La práctica de ejercicio físico también tiene un efecto beneficioso en la personalidad de quien lo realiza, incidiendo entre otros en la estabilidad emocional y la autoestima, y mejorando ostensiblemente los trastornos por psíquicos y físicos producidos por la ansiedad. Y en lo que respecta a la depresión y patologías asociadas a ella, se ha constatado que el ejercicio físico actúa como un potente antidepresivo.
Toda rutina de ejercicio físico va a depender de ciertos factores como lo son la edad, el género y el estado físico de la persona, por ello. El ejercicio en los niños es fundamental, ya que poseen grados de desarrollo distintos en el tiempo y de esta manera los músculos aumentan sus contenidos de proteínas estructuradas y funcionales en el tejido óseo, donde comienza a aumentar su masa y densidad de manera considerable haciendo que el niño debidamente entrenado, posea mayor funcionalidad neuromuscular y una conformidad y calidad ósea que lo alejará del peligro de fracturas en la edad adulta. Los ejercicios en edades tempranas deben desarrollar una buena y variada coordinación psicomotriz junto a patrones de equilibrio y destrezas que conformen un buen desarrollo de las habilidades motoras que permita crecer con adecuados porcentajes de tejidos óseos, musculares y adiposos.
Por otra parte, el grupo que conforman ya la tercera edad formado por personas mayores de 65 años debe de mantener, a través de la práctica regular de ejercicio físico, una mayor independencia funcional. Es decir: mantener la destreza en la movilidad, lo que involucra varios sistemas, como el corazón, pulmones, músculos y articulaciones.
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