En relación a las preguntas del post anterior, podemos encontrar diversas respuestas desde el punto de vista de otras disciplinas y temas de estudio en las ciencias de la actividad física y el deporte, pero os propongo hacerlo desde una disciplina académica que estudia los cambios de los seres vivos a través del tiempo: la biología evolutiva.
Gran parte de los estudios sobre la evolución de la locomoción en el ser humano se ha centrado en la marcha. Gran parte de la comunidad científica responsable de investigar esta evolución consideran que el primer antepasado con forma similar al cuerpo humano moderno es un homínido extinto, que vivió entre 2 millones de años y 70.000 años antes del presente: el Homo erectus. Los estudios científicos al respecto han llegado a la conclusión de que dicho homínido extinto es el resultado de una serie de adaptaciones evolutivas para mejorar la eficiencia de la marcha cuando empezamos a pasar más tiempo en hábitats abiertos. Aunque la biomecánica de la marcha y de la carrera ha sido objeto de muchos estudios, lo cierto es que prácticamente ninguno ha considerado si correr ha sido una forma de locomoción que haya influido en la evolución humana.
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