Ser 'finisher' es sinónimo de obtener una medalla o incluso una camiseta por haber cruzado una meta, pero también el postureo en redes y la veneración al concepto de 'finisher', empujando a gente sin la preparación a participar en eventos que están por encima de sus posibilidades.
Bajo mi punto de vista, el problema de todo este "postureo en redes y la apología de la idea de ser finisher" lo tienen en parte los organizadores de eventos que buscan ganar más dinero y promueven que la gente, obviamente poco preparada, se apunte a eventos que se les quedan enormes.
Una solución para reducir los riesgos en pruebas de resistencia es, por ejemplo, la de exigir marcas mínimas que acrediten estar preparados, pero eso es predicar en el desierto, ya que va en detrimento de los beneficios de los organizadores ansiosos de eventos cada vez más multitudinarios.
Que no quepa ninguna duda de que preparar una prueba de estas características requiere de una planificación y un plan de entrenamiento personalizado según las características de cada deportista (edad, condición física, actividad profesional, vida familiar, disponibilidad horaria para entrenar, etc.), teniendo en cuenta los cambios 'internos' y adaptaciones neuromusculares que surgirán durante dicha preparación.
Una persona que cruza la meta de una prueba de resistencia dos, tres o cuatro veces, no es un profesional de este deporte. ¿Cómo puede asesorar a un principiante o atleta o un deportista a sacar su mejor versión si él mismo cruza la meta de los últimos últimos? Eso sí, tendrá su preciada recompensa en forma de medallita 'finisher', suficiente para venderse como entrenador/a.
Mi reflexión: Cada ser humano tiene sus propios intereses y pasiones. Vivimos el momento perfecto para que el deporte forme parte de nuestras vidas, pero el DEPORTE de verdad, en mayúsculas: salir a entrenar para sentirse bien al sudar, gozar de la naturaleza y compartir con los compañeros el entreno para terminar durmiendo como un tronco mientras la dopamina hace de las suyas, y eso no tiene precio.
Ser un "finisher" para simplemente colgar la vida de uno en redes sociales no es para siempre; con el tiempo nadie se acordará y muy probablemente habremos perdido la esencia de disfrutar de nuestro deporte.


Comentarios
Publicar un comentario