El Covid-19 sigue entre nosotros, con más o menos carga viral. Ni abrazos, ni besos, ni nada de nada. Es increíble cómo un gesto tan sencillo y básico
se encuentre tanto a faltar.... pero, aunque aún falte tiempo para poder volver a la normalidad que dejamos atrás, tengo la esperanza que algún día volvamos a recuperarla.
CALENDARIO VERSUS CORONAVIRUS
La situación, generada por el miedo a la transmisión del COVID-19, ha obligado a las autoridades sanitarias y deportivas a tomar medidas drásticas con respecto a las competiciones y eventos deportivos que debían celebrarse en 2020 y, el triatlón, no ha quedado ajeno a esta realidad. Hay incertidumbre,
hay dudas, hay preguntas de si se podrán llevar a cabo todas las competiciones aplazadas para septiembre y en adelante. A continuación las expongo:
- Menos días de vacaciones y menos capacidad capacidad económica. Quiénes hemos entrado en un ERTE, al perjuicio económico hay que añadirle la reducción de los días de vacaciones. Así que los días que teníamos destinados a competir se ven notablemente reducidos. Sin olvidar que, añadido al desembolso de las inscripciones por anticipado (con la duda de si se podrán recuperar en caso de anulación de la prueba), se tendrán que modificar o volver hacer reserva de hotel y viaje de desplazamiento.
- Decae la motivación. Ante esta situación entrenar a tope sin fechas confirmadas y sin objetivos a corto o medio plazo causa desmotivación, en menor o mayor grado. Si, a ello, le añadimos que muchos deportistas han desembolsado el dinero de las inscripciones, los viajes y los alojamientos, sin posibilidad de modificaciones, el panorama pinta gris.
- Competir no es la prioridad. Esta crisis nos recuerda que la salud está por encima de todo y que, sin ella, nada de lo que nos propongamos podremos cumplir. Con toda seguridad habrá
personas a las cuales esta pandemia les ha afectado muy de cerca y, ahora mismo, tendrán otras prioridades que la de pensar en entrenar y competir.
- Reflexiones y necesidades personales. Habrá
personas que, en todo este tiempo habrán podido reflexionar y con ello cambiar sus necesidades. La búsqueda de empleo, llevar a cabo acciones solidarias, retomar sus trabajos y adaptarse a los nuevos protocolos de seguridad sanitaria, conciliación familiar, nuevos horarios, etc..... lo que implica que entrenar y competir pasa a un segundo o tercer plano.
- Un enorme sacrificio. Competir implica un gran sacrificio en todos los ámbitos de una persona. Sacrificar vacaciones, los fines de semana con los amigos o la familia, comidas y cenas, fiestas, etc., para no saber
si al final se podrá competir, no es tarea fácil.
- Planificación imposible. Otro aspecto a destacar es el de la planificación. Para
los deportistas acostumbrados a seguir disciplinadamente un plan de entrenamiento, diseñado en base a los objetivos marcados en el calendario de competiciones, entrenar a ciegas, arriesgandose a llegar al pico de
forma máximo, por ejemplo, en septiembre o octubre para que, a última hora, les cambien la fecha a noviembre, diciembre, comporta la posibilidad de tener que cambiar las expectativas sobre el resultado esperado.
- Temporada larga. Por último, si cogemos la opción
de posponerlo todo para el 2021, ahora, en 2020, entrenar para competir a un año vista
complica mucho la motivacion y hace que la pretemporada sea muuuuyyyy larga.
Quiero dejar claro que mi intención no es juzgar ni criticar a los organizadores de eventos deportivos, sino reflejar mi opinión con respecto a algunos de ellos que mueven miles y miles de personas por todo el mundo. Tan solo quiero que me aclaren las dudas que, durante estos meses, al menos a mí y, supongo que a muchos otros deportistas que estaban inscritos a más de un evento deportivo, nos han surgido.
Han habido organizadores que, en poco tiempo respondieron de manera ética, profesional y seria. La mayoría responsables de eventos pequeños locales o provinciales ofreciendo soluciones como: el reembolso del importe de la inscripción o la opción de participar en 2021. A todos ellos mis más sinceras ¡gracias!.
Por el contrario, otros eventos deportivos y sus responsables, están demostrando que su único interés es el económico y, lo que es peor, que los gastos generados por la anulación de las pruebas (avituallamientos, gadgets, camisetas, etc.....) las asuman los participantes, es decir, sus clientes. ¡Ojo al dato!, no juzgo el querer ganarse la vida organizando eventos, ni mucho menos, pero, en una situación de excepcionalidad como la que estamos viviendo en todo el mundo con esta pandemia, apechugar juntos sería una gran demostración de buena voluntad y solidaridad que haría ganar adeptos a los eventos y consolidaría la imagen de las marcas de eventos deportivos, muchas de ellas asociadas a marcas de equipamiento deportivo.
Dan nuevas
fechas, han juntado distancias diferentes en los mismos fin de semanas, todo concentrado a finales septiembre y octubre, sin tener en cuenta ni valorar que muchos de nosotros competimos en
más de una prueba en el mismo año. Normalmente media distancia primero,
como entreno para la larga distancia, más avanzada en la temporada. Ahora resulta
que, hay ‘atletas’ que se encuentran con dos IRONMAN en 15 días y a la semana siguiente con un "half" 70.3 (media distancia)...... un auténtico despropósito, nada que ver con un calendario idóneo para disfrutar y evitar terminar lesionado.
No entiendo como empresa de fama mundial, pionera y líder en esta disciplina, no ha valorado esta situación en la
cual se encuentran muchos atletas. Otro dilema: ¿Qué prueba cambiamos al 2021? ¿Y si luego se realiza la otra y nos quedamos sin nada? ¿Cómo me preparo para una
distancia si a lo mejor terminan convirtiéndola en otra o ninguna?
Como atleta
necesito tener objetivos claros así que aparté ya la idea de competir en este 2020. Aprovecharé para reponerme de lesiones antiguas que requieren parar un tiempo y volver con entrenamientos de menos intensidad y sesiones de fisioterapia y electroestimulación para volver a tope en el 2021.
Como entrenadora esta situación me han complicado la tarea....ayudar a mis atletas a mantener alta la motivación
sin certeza ninguna no es fácil. Gastaremos fuerza y energías y, si luego no se lleva a cabo la competición, la moral caerá en picado. Hay que trabajar la parte
mental, como siempre, pero ahora más que nunca hay que encontrar nuevos equilibrios que permitan a mis atletas convivir con las dudas e incertezas.
Otra
duda que tengo es la siguiente: como una organización/empresa podrá llevar a cabo cinco pruebas de larga distancia y tres "Half" 70.3 con todo lo que implica organizativamente, logística, material, voluntarios, etc., en los mismos fines de semana. ¿Será factible? ¿Disponen de material suficiente? ¿Tienen capacidad de movilizar a tantos voluntarios? En teoría sí, porque si no, no pondrían ¡mismas fechas para eventos diferentes! Mi pregunta es: ¿Están siendo sinceros? y voy un poco más lejos; ¿Estarán jugando con nuestras ilusiones?
Hay otras
competiciones que ya han comunicado las nuevas condiciones y fechas con tiempo,
para permitir a las personas ya inscritas poder anular alojamientos y evitar gastos adicionales ¿Es esta una
actuación seria? Si a todo lo anteriormente dicho hay que añadir las medidas de prevención y seguridad sanitaria que se tendrán que aplicar, el espectáculo que se genera en un evento deportivo quedará eliminado y, con el, parte de su atractivo.
Lo justo, bajo mi opinión, sería posponer el evento hasta el día en que se pudiera justificar el "feedback" relación precio de la inscripción (son inscripciones caras) y momentos inolvidables que cada participante merece. Los participantes quieren vivir el show que son capaces de montar en cada evento alrededor del mundo.
Yo misma llevo desde mediados de los años 90 compitiendo en triatlón, grandes fondo, ultras de montaña, etc., y he visto y aceptado muchos cambios. Lo que ahora está aconteciendo no me lo esperaba: ¡me han decepcionado!
A pesar de todo, sigo pensando en positivo y quiero pensar que se "darán cuenta de sus errores" y del absurdo calendario que han diseñado y que sabrán rectificar. En Europa la mayor parte de competiciones se han reprogramado entre el 20 de septiembre y el 25 de octubre, y aún así, algunas todavía ni se han declinado por anunciar una fecha o tomar la decisión de suspender la prueba.
Sin lugar a dudas este caótico calendario no será el fin del
mundo pero si que, para nosotros, los que vivimos de una manera directa o indirecta (como entrenadores y competidores) del deporte, es fuente de estrés y nerviosismo (sufro por mis atletas) al no saber si las fechas en las que están programadas las competiciones se llevaran a cabo.
Sigo todo lo que acontece al calendario, anulaciones y cambios de fechas; lo hago con la misma ilusión y pasión de siempre porque, sin estos ingredientes, la esperanza se esfumaría.
La vida y los momentos que transcurren en ella es un auténtico don. Tenemos que aprender a modificar nuestras expectativas sin perder nunca la sonrisa y la perspectiva de un futuro mejor......
"Cualquiera que sea el tiempo en que se nace hay que embarcarse en la aventura de ese tiempo o quedas varado hasta que te mueres, sea en el siglo que sea. Solo te conceden una vida, unos años, si los vives intensamente es como si vivieras diez vidas.“ (Alberto Vázquez-Figueroa)
¡Ánimo, energía y fuerza para todos!
Comentarios
Publicar un comentario