Los desplazamientos a otros destinos, las obligaciones familiares y no depender del reloj para disfrutar del merecido descanso vacacional, son motivo suficiente para que cuando las vacaciones terminen tengamos que empezar de nuevo o debamos reprogramar los entrenamientos a la condición física en la que nos encontremos posvacaciones. El cuerpo tiene memoria y cuando volvamos a nuestra rutina de entrenamiento recuperaremos lo perdido más pronto de lo que pensamos, siempre y cuando nos mantengamos medianamente activos durante estos días de descanso.
Estar de vacaciones no significa que debamos estar parados y perder la forma física. Todo lo contrario, aprovechar aquellas horas del día en las que la familia aún duerme o el calor aún no ha hecho acto de presencia. Dependiendo del deporte que realizamos y que entrenamos durante el año, podemos organizarnos y aprovechar todos los recursos, naturales y turísticos, de nuestro destino vacacional para salir a caminar, correr, nadar o hacer una ruta en bicicleta. Si a malas no podemos realizar ninguna de las actividades mencionadas, podemos hacer una serie de ejercicios de cross training (sentadillas, fondos de brazo, burpees, zancadas, dominadas, planchas y elevaciones de piernas, flexiones de
hombros, etc...) de una duración de entre 20 o 30 minutos de duración con el objetivo de no perder tono muscular, fuerza y capacidad aeróbica durante estos días.Aquí os dejo algunas sugerencias para disfrutar de vuestras vacaciones sin perder la forma física
1. A primera hora de la mañana. Entrenar, siempre que podas, a primera hora de la mañana, ya que es más fácil disponer así de tiempo para pasarlo con la familia y con la tranquilidad de que ya habéis entrenado.
2. Entrenamiento ligero. Si disponéis de poco tiempo para entrenar, probablemente no sea recomendable realizar entrenamientos exigentes. Un rodaje suave (carrera a pie) y algunos ejercicios de cross training o intervalos de alta intensidad alternados (High Intensity Interval Training) con períodos cortos de descanso pueden ser una buena opción.
3. Caminar. Caminar es la actividad aeróbica innata del ser humano. Os ayudará a sentiros activos y quemar las calorías de más que durante estos días se ingieren. Cualquiera de sus modalidades deportivas (nordic walking, caminata clásica, senderismo, marcha atlética....) incluidos los largos paseos son una excelente opción. Y si estás en la playa, caminar por ella es una de las maneras más efectivas para mantenerse en forma.
4. Comer con sentido común. Difícil, lo sé. En vacaciones, lo primero que hacemos es saltarnos la dieta y comer en exceso de aquello que más nos gusta. Comer todo lo que queráis, pero con sentido común y buscando un equilibrio entre las diferentes comidas del día. Por ejemplo, si el desayuno es copioso, moderar el almuerzo e intentar que la cena sea más ligera. La regla es sencilla: si ingieres más calorías de las que necesitas (energía que consumes al día) los kilos de más no tardaran en hacer acto e presencia.
5. Modera el consumo de alcohol. Los excesos nunca son buenos y pueden arruinaros vuestras vacaciones. El consumo excesivo de alcohol en verano puede generar problemas cardíacos. hay que establecer límites con el alcohol. Además, en una dieta saludable, el consumo de bebidas alcohólicas no tiene cabida y es durante las vacaciones, con las fiestas y las buenas comidas, donde se promueve directa o indirectamente su consumo. Tomar grandes cantidades de alcohol no solo va a ser negativo a medio y largo plazo para tu salud, sino que también conseguirás coger más rápidamente peso en las vacaciones.
¡Te deseo que disfrutes de tus vacaciones y a buen seguro de un merecido descanso!
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