Nuevas practicas deportivas ¿Moda, estilo de vida o postureo?


Desde ya hace algún tiempo observo emocionada como la práctica deportiva forma parte del día a día de, cada vez, un mayor número de personas. Es evidente pues que algo está cambiando en nuestra sociedad, en lo referente a realizar ejercicio físico: muestra de ello es el auge de modalidades deportivas como el "running", las carreras por montaña -"trail running" o el triatlón, por citar algunas de las disciplinas que más han crecido al igual que el número de practicantes y aficionados y practicantes.

Nadie discute que, como así lo certifican numerosos estudios que hacer ejercicio físico es beneficioso para la salud, una vida activa y unos hábitos alimenticios saludables son claves en la prevención de enfermedades como el sobrepeso, la diabetes o patologías coronarias y cardiovasculares como el infarto o la hipertensión. Así pues el ejercicio físico y el deporte se erigen como uno de los mejores métodos de combate ante la denominada "vida moderna" que, a día de hoy, proporciona cada vez mayores niveles de estrés. 

Últimamente, tras navegar por algunas redes sociales me pregunto... ¿Qué hay en realidad detrás de tanta práctica deportiva inmortalizada en la captura de pantalla del reloj deportivo que muestra la distancia realizada, el tiempo invertido en hacerla, el desnivel e incluso las calorías consumidas, o de fotografías en las que aparecen luciendo el tipo con los últimos modelos de ropa deportiva y complementos impolutos de sudor y suciedad, y en posturas más propias de un modelo fotográfico que de un atleta en plena faena? ¿Estamos hablando de deporte o exhibicionismo mostrando la maravillosa y saludable vida de los que aparecen sonrientes y felices en las imágenes? 

No hace falta ser un adivino ni un experto en la materia para saber la respuesta. Estamos ante un claro exponente de postureo (RAE -actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción-) que nada tiene que ver con la práctica deportiva entendida cómo -la realización de una actividad física que se concreta con afán competitivo y en la cual se deben respetar una serie de reglas. Se diferencia de la mera actividad física en que ésta es una simple práctica, mientras que en el deporte siempre hay una competencia que arroja un resultado-.    

Mostrar los kilómetros recorridos, liberación de adrenalina y endorfinas, frases atractivas de superación, expresar los sentimientos positivos y, ¡cómo no!... el postureo: forma parte del eufórico momento vivido. Entrenar también. Hay que reconocerlo: mostrar, exponer u ostentar forma parte de la cultura mediática de nuestra sociedad. 

Ante esta evidencia social, me paro a reflexionar y me pregunto...¿Afecta negativamente al deporte la moda del postureo?¿Cómo interfiere entre los distintos tipologías de practicantes? ¿Qué ejemplo y valores transmite a las nuevas generaciones de deportistas? ¿La moda del postureo da una imagen equivocada de la práctica deportiva que se inmortaliza y de los atletas que nada tienen que ver con el el exigirse para aparentar?¿Son conscientes que hacer deporte repercute beneficiosamente en su salud y calidad de vida?¿Cuántos lo hacen para seguir la moda, dar una imagen de sanos, fuertes y guapos? Y por último. ¿Cuántos padecen trastornos psicológicos relacionados con la ingesta de alimentos, o la imagen corporal? 

Ciertamente hay mucha campo sociológico que estudiar e investigar para saber más sobre el comportamiento humano y descubrir en qué medida tendencias, como la descrita en ámbitos como el deporte, puede reportar valores negativos para las generaciones futuras de deportistas y atletas en proceso de formación. 


DEPORTE DE BASE, REDES SOCIALES Y POSTUREO. 

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, son herramientas de gran utilidad para el aprendizaje y la recreación de los niños, niñas y adolescentes, pero sin duda, es a través de la redes sociales que están mucho más expuestos a recibir mensajes que nada tiene que ver con su formación como deportistas y personas, siendo un campo abonado a muchos peligros sino no se controla adecuadamente bajo la atenta vigilancia de padres, madres y entrenadores. 

Son las escuelas y clubes deportivos, junto a las familias que juegan un papel clave para mitigar los efectos negativos de un mal uso de las redes sociales y colaterales de una equivocada transcripción de los mensajes que en las mismas se difunden. Los niños, niñas y adolescentes, deben conocer los riesgos que pueden correr y es necesario que sepan claramente qué es lo que pueden y lo que no pueden hacer; que conozcan los comportamientos inadecuados en la red, incluso ilegales, y cuáles son las consecuencias de los mismos, explicarles como hay que interpretarlos e inculcarles desde muy pequeños que la actividad física y el deporte, les hará estar mucho más fuertes y sanos que estar ociosos frente a un ordenador, tableta o móvil.   

¡Y, cómo no!, enseñarles a  distinguir entre la actividad física y deportiva saludable o la imagen de postureo deportivo. Enseñarles la diferencia entre una imagen irreal retocada de un cuerpo luciendo modelos y complementos, de imágenes de atletas de alto rendimiento entrenando duro para conseguir sus objetivos

El deportista de elite o de competición cuidara su alimentación buscando una mejora en sus prestaciones y fruto de todo ello obtendrá un cuerpo tónico como consecuencia de sus entrenamientos y sacrificios. 

El practicante de fitness adaptara su entrenamiento y alimentación a un fin estético de su agrado, tal vez cruzando la sutil linea entre la salud y la obsesión. 

Es deber de los entrenadores cuidar ante todo la salud de sus deportistas y enseñarle a distinguir la realidad de la fiction y la práctica saludable da la práctica autolesiva. 

Es mi humilde opinión, un mal uso de las redes sociales en una etapa de "especial vulnerabilidad" como la niñez y la adolescencia puede generar graves problemas psicológicos o agravar situaciones personales. La solución no es prohibirles estar en redes sociales, sino enseñarles cómo utilizarlas y cómo detectar algunos peligros que puedan encontrarse para poder evitarlos.

Por último, hemos enseñar a nuestros pupilos/as a no depender de la tecnología (relojes y pulseras inteligentes) y si enseñarles a escuchar el latido de su corazón, a sentir su propia pisada o percibir como aumenta su respiración al subir, por ejemplo, un puerto de montaña con la bicicleta. 

Entrenar por sensaciones y aprender a interpretarlas debería ser asignatura obligatoria en la formación de nuestros jóvenes deportistas como paso previo al objetivo primordial de dicha práctica: disfrutar del momento con emoción. ¡Sin rastro de redes sociales, ni móvil.... es algo único y mágico!. 

No lo dudéis. ¡Hay vida más allá de el postureo, y, creedme, no es tan mala!



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