Si preguntásemos a un grupo de practicantes de ejercicio físico el motivo por el cual trabajan la musculatura abdominal en alguna de las fases de su entrenamiento, la gran mayoría responderá que para conseguir un vientre estéticamente atractivo, plano y tonificado.
Sin lugar a ninguna duda, son los abdominales el grupo muscular que más mitos sobre su entrenamiento envuelve y controversia genera. Esto es debido a que desde el punto de vista estético, una correcta tonificación da lugar al estereotipo del cuerpo “10” o cuerpo saludable, sin dar importancia a la función que este conjunto de músculos realiza en cualquiera de los movimientos que realizamos en nuestra vida cotidiana, tales como por ejemplo estrechar la mano, barrer, escurrir una fregona o simplemente lanzar un balón. Es por ello que tener unos abdominales fuertes es vital para tener un estado de salud óptimo, en nuestra vida y por supuesto en la práctica de ejercicio físico y deporte.
Así pues, en este post os amplio un poco más la información al respecto de este grupo muscular abdominal y el segmento sómático central (en adelante SSC) del cual forma parte este conjunto de músculos.
¿QUÉ ES EL SEGMENTO SÓMATICO CENTRAL ?
El SSC es el conjunto de grupos musculares que conforman la sección media, también conocida en el ambiente del "fitness" como "core" (en inglés -centro o núcleo-), y que rodean la región abdominal, el área lumbar, la región pélvica, los glúteos y la musculatura profunda de la columna. Los músculos de está sección están magníficamente diseñados para envolver, cubrir y proteger los órganos vitales que se encuentran en esa región; actuando de escudo protector, aspecto este último fundamental para esta zona que queda desprotegida al carecer de estructura ósea.
BENEFICIOS DEL DESARROLLO MUSCULAR ABDOMINAL
Mejorar la musculatura abdominal comporta muchos beneficios, pero vamos a centrarnos en las capacidades y procesos relacionados directa o indirectamente con el rendimiento deportivo en deportes como caminar (senderismo, trekking, marcha nórdica.....), carrera a pie (running), triatlón, ciclismo, natación o carreras por montaña (trail running) de corta, media y larga distancia. Así pues, unos abdominales fuertes repercute beneficiosamente en:
1. El control: Funcionalmente los músculos abdominales son flexibles y son unos estabilizadores permanentes. Los abdominales además de ser estáticos son profilácticos (protegen). Un tono correcto de este grupo muscular, permite descargar mejor las tensiones que recaen sobre la columna, proporcionando una mejor estabilización, reduciendo por tanto las posibilidades de sufrir procesos álgico-dolorosos en la zona lumbar.
2. El equilibrio: Desarrollar la pared abdominal nos ayuda a alcanzar un equilibrio físico idóneo. Ante una descompensación natural con la zona lumbar; este último grupo muscular suele estar más desarrollado que el abdominal ya que el primero entra en juego en casi todos los movimientos que realicemos con el tronco.
3. La respiración: Al ejercitar el SSC conseguiremos expulsar todo el aire de nuestros pulmones, evitando que quede aire empobrecido, dejando espacio para mayor cantidad de aire limpio. La respiración se convierte pues en mucho más rica y nos permitirá llevar un ritmo preciso si disponemos de unos potentes abdominales.
4. La resistencia: Estar de pie, caminar, o cualquier movimiento implica resistencia en la musculatura abdominal. La clave para mejorar está capacidad está en trabajar las contracciones abdominales isómétricamente las cuales incidirán positivamente en las fibras musculares de tipo 1 que se fatigan con lentitud e intervienen en tareas posturales y estabilizadoras. Si las entrenamos, el resultado es el de una mayor resistencia a la fatiga muscular.
5. La fuerza: Generar fuerza a partir del SSC requiere trabajar una serie de ejercicios de fuerza dinámica utilizando como resistencia el propio peso corporal. Los abdominales evitan que nuestra columna cargue con todo el peso de mantener el equilibrio del cuerpo y que el tronco se desestabilice al realizar cualquier ejercicio. Por ello trabajar la fuerza del SSC nos ayuda a mantener erguido nuestro cuerpo sin sacrificar el resto de nuestro organismo, disminuyendo el riesgo de lesión y economizando la energía en carrera.
6. La potencia: Tras mejorar la resistencia, el control, el equilibrio y la fuerza dinámica, debemos trabajar la potencia. Unos abdominales potentes mejorará nuestro sprint, nuestras ascensiones, nuestra pedalada o brazada cuando nadamos, o cargar con una mochila durante kilómetros. Para trabajar la potencia debemos de realizar un entrenamiento pliométrico del transverso abdominal y los oblicuos porque son las verdaderas fajas lumbo-abdominales y de hiperextensiones lumbares.
7. La velocidad: Trabajar el SSC también repercutirá beneficiosamente en mejorar nuestra velocidad en carrera. Las mejoras en este aspecto dependerá de cómo entrenamos el SSC es por ello que debemos de centrar nuestro trabajo en los músculos abdominales del recto anterior y los transversos. Es recomendable que el entrenamiento de estos músculos se realice a diversas intensidades i velocidades.
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